Una auditoría interna ISO, también conocidas como auditorías de primera parte, es un método de verificación para proporcionar información acerca de si el sistema de gestión es conforme con los requisitos propios de la organización, con los requisitos de la norma ISO de referencia, y en qué grado se implementa y mantiene de una forma eficaz.
Las auditorías internas deben planificarse, y tener en consideración la importancia de los procesos involucrados, los cambios que afecten a la organización y los resultados de auditorías previas. Deben definirse los criterios y el alcance para cada auditoría.
Las auditorías internas deben realizarlas personas con la cualificación y experiencia adecuadas, y debe asegurarse la objetividad y la imparcialidad durante el proceso. Por este motivo, lo más habitual es que las auditorías internas las realicen personas ajenas a la organización, subcontratadas al efecto.
Debe informarse a la dirección pertinente de los resultados de las auditorías internas y, ante los hallazgos de una auditoría interna, la organización debe realizar las correcciones y/o tomar las acciones correctivas adecuadas sin demora injustificada.